#ContarElArte: Baeza, la plaza de Santa María

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10 julio, 2020

#ContarElArte: Baeza, la plaza de Santa María

#ContarElArte es un viaje a través de las 15 ciudades españolas Patrimonio de la Humanidad, y esta vez viajamos a Baeza.

Nos guía en la travesía José Luis Chicharro Chamorro, licenciado y Doctor en Historia por la Universidad de Granada, ha ejercido como Profesor de Historia y de Arte en varios institutos de Bachillerato y Enseñanza Secundaria. Natural de Baeza (Jaén), ha sido director del Museo de Jaén durante diecisiete años y es consejero del Instituto de Estudios Giennenses y coordinador de su sección de Historia.

 

Ha sido vocal de la Comisión Andaluza de Museos y vocal como Historiador del Arte de la Comisión Provincial del Patrimonio Histórico. Es Patrono de la “Fundación Francisco Cerezo Moreno” de Villargordo, y de la Fundación Rafael Zabaleta de Quesada. Ha sido miembro del Consejo Asesor del Patrimonio Histórico de Úbeda y Baeza para la declaración de ambas ciudades como ciudades Patrimonio de la Humanidad. Ha sido comisario de la exposición del centenario de la llegada de Antonio Machado a Baeza (2012). Pertenece al Consejo de Redacción de la Revista Andalucía en la Historia y del Consejo editorial del boletín del Instituto de Estudios Giennenses.

 

José Luis Chicharro Chamorro ha asistido a varios congresos y cursos específicos sobre Patrimonio Histórico. Ha pronunciado conferencias sobre la Historia y el Arte de Baeza y ha realizado numerosas publicaciones. Entre ellas destaca «Bibliografía crítica para la Historia de Baeza» en Historia de Baeza, 1984.  “Baeza: notas para una visita” (1998). «El Museo de Jaén (1846-1984)» (1999). «Pedro Rodríguez de la Torre y los retratos reales«, (1994). “Descubrir Andalucía. De los orígenes al Descubrimiento” (1992). La catedral de Baeza, admirable Renacimiento entre muros medievales” (2012), “Baeza en los tiempos de Gaspar Becerra” (2008), “Baeza en la época de Antonio Machado” (2012), “Baeza y la historiografía” (2010). Ha sido director editorial del libro “Andrés de Vandelvira (El renacimiento del Sur)”, publicado por la Diputación de Jaén en 2008. Autor de la guía “Baeza, ciudad patrimonial sobre un mar de olivos”, (2017) editada en unión de las correspondientes a ciudades patrimonio de la humanidad de España.

 

Es Académico correspondiente de la Real Academia de la Historia, y desde 2017, Cronista oficial de la ciudad de Baeza.

 

Adentrarnos en Baeza junto a José Luis Chicharro a través del siguiente paseo literario es un disfrute completo. Para ver los paisajes de la ciudad y descubrir nuevos contenidos, puedes acceder gratuitamente su guía virtual o su aplicación móvil, disponible para dispositivos iOS.

 

La Plaza de Santa María de Baeza

La plaza de Santana María representa para mí el ámbito natural de mi infancia, el gozoso disfrute de la niñez con sus juegos, sus alegrías, sus pequeñas travesuras… Sin duda esta hermosa plaza ha influido en mí de una manera sutil pero permanente, y ha motivado mi interés por la historia y el arte de Baeza. Es un espacio entrañable, y diría que propio para quien como yo lo ha vivido intensamente en tantos días, a tan diversas horas, en las diferentes estaciones del año… Este hermoso lugar, con su embrujo en los días de niebla, es el corazón de las grandes solemnidades de la ciudad. En ellas confluyen en espléndida armonía el peso del patrimonio aquilatado con su pueblo, con los ciudadanos, que son los que de manera diacrónica han hecho posible estos emblemas del arte, y entonces uno comprende el verdadero sentido de la plaza, de la ciudad humanista que acoge con sus brazos pétreos de buena labra a sus moradores.

Este espacio, núcleo de la vida ciudadana a lo largo del tiempo está  presidido por la Santa Iglesia Catedral, las Casas Consistoriales o Ayuntamiento, el Seminario Conciliar, y en el centro la antigua Fuente de Santa María.

 

Fuente de Santa Maria – Narvaez

 

La Catedral

“La catedral tapa a la plaza con su sombra, y la perfuma con su olor de incienso y de cera que se filtra por sus muros como recuerdo de santidad”,  escribía acertadamente Lorca en 1918, en su libro Impresiones y paisajes.

El templo proclama ser sede episcopal desde tiempos medievales,  bello ejemplo del Renacimiento inserto en un ámbito medieval de caracteres góticos y mudéjares. Está dedicado a la Natividad de la Virgen y fue declarada como Monumento Nacional en 1931. La catedral en una ciudad de tradición católica se convierte en el edificio más representativo de la ciudad, emblema de tradiciones y de saberes artísticos, punto de reunión eclesial y ciudadano.

El arquitecto renacentista Andrés de Vandelvira dotó al templo de un espacio construido amplio, diáfano, equilibrado y bello comprendido en una planta de salón, de tres naves con bóvedas a la misma altura bellamente decoradas e iluminadas por un claristorio conformado por ventanas serlianas que permiten una límpida luz en las horas centrales del día.

Del jesuita Villalpando son las trazas de la actual portada principal del templo catedralicio. Obra de 1587, concebida de manera muy plana en dos cuerpos, en donde adquiere un gran protagonismo un relieve con el tema de la advocación del templo, el de la Natividad de la Virgen, obra del jesuita baezano Jerónimo del Prado e inspirado en un dibujo del italiano Zúcaro (1542-1609), que por entonces circulaba estampado en un grabado.

Baeza – Tornero Fotógrafos

 

Las Casas Consistoriales

            Cuando en el siglo XV quedó configurado el Concejo cerrado con corregidor, regidores, jurados, etc. se necesitó un edificio específico para esta función y se utilizó una casa de los Cabrera cedida al municipio. Ésta fue reformada a partir de 1511 con un estilo gótico avanzado con utilización de arcos conopiales, cardinas decorativas, blasones como el de la reina Juana y su esposo, Felipe el Hermoso, que presiden la fachada. Se amplió en 1526, año de la visita de Carlos V a la ciudad tras sus bodas con Isabel de Portugal, ya con referencias dominantes renacentistas y la colocación del escudo real en dos fachadas, sin olvidar en la fachada hacia la plaza el escudo del corregidor y el de Baeza.

 

El Seminario Conciliar

Cuando el obispo de Jaén, Fernando Andrade de Castro, se plantea en 1660 la construcción de una casa para formar sacerdotes, siguiendo las prescripciones de Trento, se decide por Baeza, que es donde hacía más de un siglo funcionaba la universidad.

El edificio barroco, obra del arquitecto episcopal Eufrasio López Rojas, continúa el lenguaje clásico y merece destacarse su portada principal estructurada a partir  de un arco de medio punto enmarcado por pilastras y en el cuerpo superior un frontón partido que alberga un vano a cuyos lados nos muestra la heráldica del obispo fundador.

Numerosos vítores festivos decoran sus muros, éstos pintados a impulsos de estudiantes a lo largo de más de 300 años, y recuerdan las celebraciones con motivo de la obtención de los grados académicos.

 

La Fuente de Santa Ma­ría

   Esta fuente, verdadero emblema de Baeza, se yergue en la plaza, y en palabras de García Lorca: «fuente de severidad pagana» en la que simbólicamente se bautizó de Baeza. Es una obra de Ginés Martínez de 1564, y se construyó para conmemorar la traída de aguas a la ciudad. Su diseño nos aporta un homenaje al mundo clásico. De ahí la plasmación de virtudes clásicas en forma de cariátides y telamones. En su parte superior están labradas las armas de Felipe II en ambas caras. El escudo que da al Seminario está acompañado por la representación de dos personajes clásicos. Uno representa a Mucio Escévola, que vivió en el siglo VI a.C. y pasa por ser un paradigma del valor, y el otro personaje representa al cónsul «Marcus Regulus” que  encarna el modelo supremo de «fides» o cumplimiento a toda costa de la palabra dada.

Estos edificios y su bella disposición urbanística son el aquilatado resultado del bien hacer de nuestros mayores, y que aún hoy día nos permiten su disfrute, y con su buena conservación, será legado para generaciones futuras.

 

José Luis Chicharro. cronista oficial de la ciudad, 2020