El importante impulso cultural experimentado en Brasil en los últimos años llevó a José Pajares, investigador y Director de Producto de GVAM, a Rio de Janeiro. Ya de vuelta, le hemos pedido que comparta su experiencia con el equipo. El crecimiento emergente del país brasileño, su peculiar collage social y su importante tradición académica en museología – con más de 12 facultades especializadas – le despertaron curiosidad y motivación.
¿Cuáles son las grandes diferencias entre Brasil y España en el sector museológico?
Tal vez porque Brasil no cuenta con el mismo volumen de patrimonio histórico que Europa, requiere de una mayor creatividad y sensibilidad a la hora de identificar y poner en valor su patrimonio material e inmaterial. Creo que, en comparación con España, son dos las medidas que han llevado a Brasil a ser un país puntero en emprendimiento cultural. En primer lugar, una “ley de patrocinio” que data de 1991 y de la que nuestro país debería tomar algunas notas. Es la «Ley federal de incentivo a la cultura«, que permite a las empresas privadas financiar proyectos con sus impuestos (hasta 6% para personas físicas y hasta 6% para empresas). En segundo lugar, la importancia que tienen los Departamentos de Educación en los museos. Por poner un ejemplo, el equipo educativo del CCBB (Centro Cultural Banco do Brasil) está formado por más de veinte personas.
¿Existe por tanto una “unión” Público-Privada?
Creo que su modelo va más allá de la “unión”: las fundaciones de las grandes empresas brasileñas tienen la titularidad de varios museos y teatros. Por ejemplo, la compañía minera VALE gestiona el singular Museo Memorial Minas Gerais Vale y la compañía telefónica Oi gestiona los centros de Arte y Tecnología OiFuturo. Además la mayoría de los grandes proyectos expositivos parten de las PYMES culturales, no de las propias instituciones públicas. Es un cambio de roles que puede ser observado desde Europa con suspicacia pero que genera excelentes resultados de asistencia y crítica.
Desde su posición como potencia emergente, ¿cómo plantea Brasil la incorporación de tecnología en sus museos?
Debido a que su eclosión económica es reciente, por lo general los museos brasileños no cuentan por tradición con audioguías o recursos tecnológicos. Es por esto que, a día de hoy, directamente plantean proyectos más innovadores, apostando por los interactivos. Me atrevería incluso a decir que tienen más ganas que España de experimentación educativa y tecnológica, que el Brasil cultural está decidido por la innovación tecnológica. Por otra parte, aunque se trate de un país donde el porcentaje de uso de teléfonos móviles es realmente alto, el índice de penetración de smartphones aún es muy inferior. Por eso los centros todavía deberían garantizar los servicios de préstamo de guías.
¿Y la accesibilidad, qué protagonismo tiene en Brasil?
Como en el caso anterior, aunque el nivel de desarrollo en accesibilidad es menor, la sensibilidad en este aspecto es alta en relación a su nivel de desarrollo. Se nota en el número de seminarios celebrados relacionados con la materia, en la preocupación por integrar a personas con discapacidad en los puestos de trabajo y en los interesantes proyectos que poco a poco comienzan a ponerse en marcha. Destacaría la experiencia que viví en el Museu de Arte Moderna (MAM), en una visita en grupo de la que participamos tanto personas invidentes como personas sin esta discapacidad. A estos últimos nos taparon los ojos… Pudimos experimentar otra forma de percibir el arte y fue realmente emocionante.
¿El carácter accesible de GVAM ha sido decisivo para que las empresas brasileñas comiencen a implantarlo?
El carácter universal de GVAM junto con su sistema de gestión multi-idioma Ventour, el sistema de localización y la autonomía en la publicación de apps, son las funciones que más han gustado en general. Tanto para los museos brasileños como para nuestros partners en Brasil (como la empresa Era Virtual) nuestro sistema marca diferencias dentro de un mercado muy competitivo.